Día 4: Ushuaia

Hoy nos levantamos un poco mas tarde, pero no mucho, y tenemos el desayuno de reyes en una bolsa colgada de la puerta de entrada. Después del "peaso" de desayuno, nos ponemos en marcha otra vez para otra excursión, esta vez el destino es el Parque Nacional Tierra de Fuego.

Nos compramos unas empanadas de pollo y algunas cosas más para picar como patatas fritas y unos alfajores de postre.

Quedamos con un amigo de Miguel Pelayes, un tal Carlos que nos llevaría hasta la entrada al Parque Nacional. Le dijimos que queríamos patear un poco aquello, así que nos dijo que nos recogería al cabo de unas seis horas en el Lago Roca, para llevarnos después hasta la Bahía Lapataia.

Comenzamos el pateo con cuidado, ya que los caminos estaban llenos de hielo y resbalaba muchísimo.

Llegamos a la Bahía Ensenada, donde os encontramos, anda que el mundo no es grande, a un chico de Almería que viajaba solo, le hicimos unas fotos y continuamos el camino.

Fuimos casi todo el tiempo bordeando el canal Beagle, con las montañas de Chile al fondo, y con un silencio impresionante.

Continuamos caminando hasta que nos dio hambre, y paramos en una pequeña bahía con el agua mas limpia y transparente que he visto nunca, llena de mejillones, donde nos comimos las empanadillas típicas y lo que llevábamos.

Sin mucho tiempo que perder seguimos camino, no hay que olvidar que anochece a las 17.00 horas y todavía nos quedaba por andar.

Llegamos al Lago Roca, casi al mismo tiempo que Carlos, que nos llevó a una cabaña-bar donde nos tomamos un café caliente y continuamos hasta la Bahía Lapataia, el final de nuestra excursión y el final de la Carretera Panamericana, que cruza desde Alaska hasta allí mismo, donde muere en el mar.

La verdad es que la excursión de hoy ha sido muy, pero que muy bonita e impresionante, porque estábamos solos los seis, y con un silencio impresionante, y nada que decir en cuanto al paisaje, hay que estar allí para vivirlo.

Nos fuimos de vuelta a la cabaña para unas duchas y a ponernos guapos para irnos a cenar a un tenedor libre con parrillada. Le preguntamos a Gustavo y nos recomendó el restaurante LA RUEDA, que esta muy cerca de la cabaña, bueno, todo esta cerca de la cabaña.

Nos comimos una parrillada de cordero fueguino alucinante y ni que decir tiene como estaba de bueno y por cierto el cordero fueguino, al ser una variedad que se cría solo con los pastos que hay en la Isla de Tierra del Fuego, tiene otro sabor, por eso es mas apreciado. IMPRESIONANTE y un buen final para nuestra estancia en Ushuaia y en La Tierra de Fuego.