Hoy nos levantamos descansados y después de desayunar nos fuimos a recorrer la ciudad, y pensamos hacerla en autobús urbano, así que nos fuimos por la Avenida de Mayo y cogimos un autobús que nos llevó, haciendo algún trasbordo hasta el emblemático barrio de la Boca.

Aquello es muy
turístico y la gente agobia un poco ofreciéndote hacerte de guía o bien para que entres a comer en los muchos restaurantes que hay por la zona, la mayoría con espectáculos de tango. Nosotros nos decidimos por uno que tenía comida italiana, y así no fallábamos.

No comimos mal, pero el espectáculo de tango, la verdad no era lo que esperábamos, pero en fin, al fin y al cabo, somos turistas y hay que sacarnos la pasta con lo que sea.

Después de comer nos fuimos a dar una vuelta por la zona y compramos algún recuerdo, algunos mates y bombillas para regalar, y volvimos al centro, y esta vez nos fuimos a la zona de
Palermo Viejo. Había un mercado de artesanía en una plaza rodeada de cafeterías bastante
pijas, donde poder tomar un café o una copa con muy buen ambiente.

Después de otras compras por el
mercadillo, nos volvimos al
hostel a darnos una
duchita y disponernos a salir a cenar. Esa noche cenamos justo enfrente del Obelisco, en un tenedor libre, bastante grande, con unas grandes cristaleras que por muy poco dinero, puedes comer una estupenda carne de ternera o de cordero a la parrilla y un buen vino de
Mendoza.
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